El turismo mundial se encuentra en un punto de inflexión históricamente relevante. Tras años de incertidumbre, el sector ha resurgido con fuerza, acercándose a las cifras de 2019 y proyectando un crecimiento sostenido. Este artículo explora las cifras más recientes, las emergentes tendencias, los desafíos vigentes y las oportunidades que se abren camino en 2025 y más allá.
La industria turística global ha recuperado prácticamente todos los vuelos y reservas previos a la pandemia. En 2023, las llegadas internacionales alcanzaron 1.300 millones, es decir, un 88% del nivel registrado en 2019. Las proyecciones apuntan a una recuperación total antes de finales de 2025, sustentada por la demanda acumulada de viajeros, la conectividad aérea mejorada y el vigor de mercados clave.
En el primer trimestre de 2025, los aumentos regionales fueron notables:
España destaca como uno de los destinos punteros. Se espera que supere los 26 millones de visitantes extranjeros en el primer cuatrimestre, un incremento interanual del 10%, gracias a su diversidad cultural, gastronómica y de playas.
El turismo no solo impulsa encuentros culturales, sino que se erige como pilar de la economía global. En 2024, este sector representó el 10% del PIB mundial, equivalente a 10,9 billones de dólares. Para 2025, se prevé un récord de 11,7 billones, aproximadamente 10,3% del PIB global.
El gasto mundial en turismo también muestra un vigor renovado. Se espera que alcance los 2,1 billones de dólares en 2025, superando los 1,9 billones de 2019. Asimismo, el sector de experiencias y actividades podría mover 375.000 millones de dólares, reflejando el gusto creciente por el turismo basado en experiencias únicas.
El empleo es otra variable de alto impacto. Se pronostica la creación de 14 millones de nuevos puestos de trabajo en 2025, superando ya la población estimada de Estados Unidos. No obstante, persiste la escasez de mano de obra cualificada, un reto capital para mantener la calidad de los servicios.
El 2025 trae consigo nuevas formas de viajar y consumir turismo:
Además, la recuperación desigual entre regiones subraya la diversidad de escenarios: África y Oriente Medio muestran crecimientos por encima de niveles prepandemia, mientras que ciertas áreas de Asia y Europa presentan progresos más moderados.
Algunas barreras persisten en el camino hacia una recuperación plena y sostenible:
Atender estos desafíos será determinante para asegurar un desarrollo equilibrado, donde el turismo genere beneficios económicos y sociales sin comprometer los recursos naturales.
Las proyecciones apuntan a una desaceleración gradual tras el fuerte impulso post-pandemia, pero con un ritmo de crecimiento aún positivo. España estima que su turismo aportará el 13,5% del PIB nacional en 2025, su mejor marca histórica.
Las regiones mediterráneas, bálticas y sudamericanas continuarán liderando la recuperación, gracias a destinos emergentes que combinan historia, naturaleza y propuestas sostenibles innovadoras. La demanda de viajes personalizados, responsables y menos masificados genera un abanico de oportunidades para destinos alternativos.
Finalmente, la cooperación internacional y las políticas públicas orientadas a la sostenibilidad, el fomento del talento y la inversión en infraestructuras serán claves para consolidar un turismo global resiliente y próspero. La industria avanza hacia un futuro donde la experiencia de viaje se integra con la protección ambiental y el desarrollo socioeconómico de las comunidades anfitrionas.
Referencias