Valorar una inversión puede parecer complejo, pero con los métodos adecuados y ejemplos prácticos, cualquier inversor, ya sea principiante o experto, puede fijar precios de forma accesible y comprensible. Este artículo ofrece un recorrido detallado por los principales métodos de valoración y consejos para aplicarlos con confianza.
Antes de profundizar en métodos específicos, es imprescindible dominar dos conceptos clave:
El valor razonable es, según el IASB, “el importe por el cual puede ser intercambiado un activo o cancelado un pasivo, entre un comprador y un vendedor interesados y debidamente informados, en condiciones de independencia mutua”. Este punto de referencia clave suele derivarse de datos de mercado.
El costo amortizado se aplica a los instrumentos financieros mantenidos hasta su vencimiento. Se calcula descontando los flujos futuros a la tasa interna de retorno implícita en la adquisición. Si el instrumento se vende antes de vencer, la diferencia entre el precio de venta y el valor presente genera una ganancia o pérdida.
Existen varias técnicas para poner precio a una inversión. A continuación, las más utilizadas:
La valoración relativa es ideal cuando hay empresas comparables con información pública. Los ratios más comunes son:
Por ejemplo, si una compañía tiene un PER de 12 y un beneficio anual de $150,000, su valoración sería $1,800,000. Comparar este resultado con otras empresas del mismo sector ayuda a detectar infravaloraciones o sobrevaloraciones.
El VAN es el método más sólido para valorar proyectos con flujos de caja previsibles. Su fórmula básica es:
VAN = Σ (CFₜ / (1 + r)ᵗ) – C₀, donde CFₜ es el flujo en el periodo t, r la tasa de descuento y C₀ la inversión inicial.
La TIR es la tasa que iguala el VAN a cero, representando la rentabilidad esperada del proyecto. Si la TIR supera el costo de capital, el proyecto es viable.
El APV es útil cuando el financiamiento con deuda influye notablemente en el valor. Se calcula de la siguiente manera:
Por ejemplo, un proyecto de $1,000,000 que genera $200,000 anuales antes de intereses, financiado con $600,000 de deuda al 5% y un impuesto del 30%, combina el valor sin apalancamiento y el escudo fiscal.
Veamos dos ejemplos ilustrativos:
La valoración no es una ciencia exacta y depende de factores de mercado, liquidez y expectativas. Algunos consejos prácticos:
La selección del método depende del tipo de activo y la disponibilidad de datos:
Con esta guía, podrás abordar la valoración de tus inversiones de forma estructurada y confiable. La clave está en comprender las técnicas, adaptarlas al contexto y revisar continuamente los supuestos.
Empieza hoy mismo a aplicar estos métodos y optimiza tus decisiones financieras con herramientas sólidas y prácticas.
Referencias